Hay recuerdos tan fuertes, que se quedan contigo toda tu vida. Hay momentos tan importantes, que sin quererlo, te transforman para siempre. Hay personas que te marcan tanto, que siguen contigo toda tu vida, incluso si nunca las vuelves a ver. Tengo un sueño recurrente. Un recuerdo. Me siento en el césped triste y comienzo a arrancar un poco de él con mis dedos. "¿Por qué los niños son tan malos? ¿Por qué no quieren jugar conmigo?¿Por qué se burlan de mí?" Me pregunto mientras las lagrimas descienden por mis mejillas. - ¿Por qué lloras niñita?- Pregunta un niño. Levanto la vista y observo a un niño rubio de pelo lacio que me mira preocupado. Bajo la vista avergonzada y niego con la cabeza. - ¿Sabes lo que me hace bien?- continua- jugar con los patos de esa laguna- miro hacia donde el me señala, una familia de lindos y coloridos patos chapolotean en el lago y caminando en la orilla. - ¿Te gustaría acompañarme?- dice y me regala una linda sonrisa que me inspira confianza. Limpio mis lágrimas y sonrió. Me levantó, me toma de la mano para llevarme corriendo hacia los patos y empezamos a perseguirlos. Mientras reímos cae el atardecer...