Una manta cubría mis piernas, a mis lados se encontraban mis padres. Los tres estábamos acurrucados en el sillón. Tenia una taza de chocolate caliente, calentando mis manos. Estábamos mirando "Los juegos del hambre". Nunca pude imaginarme que tan solo días después yo me encontraría indefensa en esa maldita matanza, rogando por una gota de agua y tratando de mantener mi cuerpo caliente. Lo único bueno de estar allí, viendo como todos morían, fue encontrar a Luke, el me salvo de cuchillos, golpes, desesperación y depresión. El fue mi todo en ese momento.