"Y es que, a cualquiera le puede suceder, ¿no?" Después de que las mismas dudas le dieran miles de vueltas dentro de la cabeza, decidió dejar de escucharlas sin más. Estaba enamorada, más que enamorada, había visto dentro de aquellos ojos, cuyos más de una vez la habían hipnotizado y todavía recordaba la primera vez que lo hicieron. Alguna vez le habían contado que los ojos eran la puerta del alma, y ella lo creía así. ¿Pero qué pasa cuando te enamoras de la persona de la cual no deberías ni sentir más que sólo cariño amistoso?Tous Droits Réservés
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