Las mentiras son algo cotidiano y banal. Salen sin precaución ni medida. ¿Alguna vez has pensado en no hacerlo? Es difícil cuando lo hemos hecho toda una vida. Por el contrario, Willa, no puede tolera las mentiras: no soporta escucharlas, no soporta decirlas. No cree en las personas ni espera que crean en ella. Pero cuando Xander llega a su vida, y pone todo de cabeza, empieza a hacerla dudar sobre todas sus convicciones. La hará entender que no todo es blanco o negro. Que las mentiras que más duelen son las que nos decimos a nosotros mismos.... Y que a veces, no está tan mal soñar despierto.
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