Leucemia... Esa era la enfermedad que sufría la pequeña Sophia. Sus padres llenos de dolor y tristeza, enfrentaban a diario las noches en vela en el hospital y la desagradable tos de la niña. Su vida era una mezcla de alegría con imaginación, parecía importarle poco su enfermedad, ella quería vivir, quería volar hacia otro mundo. Solo quería disfrutar de sus últimos días. Me recordaba cada día que su muerte se acercaba y que un ángel había bajado del cielo para darle aviso de cuántos días le faltaban. Nunca le creí, pensaba que su imaginación era igual de grande a su corazón. >Es una niña, ¿como no va a estar imaginando cosas?<. Lo que nunca llegue a pensar, fue lo que verdaderamente ocurrió...