Harry Edward Styles Cox, un joven empresario que lo único que sabe hacer es contar billetes y billetes, firmar contratos, darle a su enamorada su tarjeta para que se compre cosas y cosas que por cierto son totalmente irrelevantes y banales, pero a Harry no le molesta mientras ella no meta su narices donde no le incumbe, ósea su vida. No la ama, no le gusta, esta con ella por un simple capricho de su padre, ya que ella es hija de otro conocido empresario y eso significa más dinero para el negocio familiar. Pero un día todo da vueltas para Harry, una falda rosa, una camiseta blanca, cabello castaño, piernas totalmente torneadas y femeninas se cruzan en su camino en un solo paquete, que lleva como nombre, Louis Tomlinson.
Si desde la primaria en las listas de asistencia lo escribían incorrecto o las maestras no pronunciaban bien tu nombre, era un indicio que algo ya marchaba mal en tu vida. Eva, Eva, Eva... ¡Con un demonio soy Evan! Con N al final.
Soy empleado de una agencia publicitaria, y mi de por sí horrible suerte y fortuna se volvió más horrible y pestilente luego de ese día, el día que conocí a esos tres, muy diferentes uno del otro, pero con algo en común: los tres se llaman Adán.
Dicen que Eva hizo pecar a Adán, pero yo no me llamo Eva, así que esos tres me llevarán a pecar por cometer un asesinato, todos los hombres tenemos un toque te patanería, pero esos tres, esos tres son unos patanes de primer nivel, los odio y un día de estos terminaré matándolos.