El precio a pagar por los pecados cometidos en el cielo es muy alto. Y siempre debe saldarse.
Un arcángel caerá, perderá las alas, su rango y será apartado de todo lo que conoce, para terminar en un lugar que siempre observó pero al que nunca quiso pertenecer.
De las cenizas del pasado de las alas de un arcángel sale un demonio. Y los demonios no conocen la bondad, se rigen por los pecados capitales de la tierra que habitan, y a veces, cuando aquel demonio se vuelve poderoso puede acabar con todo.
Sin embargo todos tienen su talón de Aquiles.
El mismo arcángel Gabriel se encargó de atormentar, sin descanso alguno, a su hermano, el nuevo ángel caído, metiéndose en su conciencia asiendo que cada día que lleva hasta el día de hoy en la tierra, se arrepienta de su pecado.
Su codicia, el deseo por el pecado carnal con una mortal de tan solo dieciséis años (oh bueno, eso tendrá dentro de diez años), fue su peor enemigo, olvidado que habitaba entre santos y ángeles no se preocupó de tener su mente pura, de no ser descubierto pensando en el deseo por poseer una adolescente humana, su hermano, Gabriel, -considerado como el favorito del soberano Dios- fue el descubridor de los pensamientos impuros del arcángel con quien comparte su sangre, decepcionado por lo descubierto, pero sobretodo consiente de que su hermandad no podía dominar sobre las leyes estipuladas por el todo poderoso.
Tomo la difícil decisión de despojar a su hermano menor de sus alas, la cuales indicaban su gran rango entre la jerarquía angelical y su estadía en el cielo, que ahora serian remplazadas por una gran cicatriz en su espalda en forma de V invertida, la cual se le atribuida a un pasado amargo, pero antes que nada Gabriel se encargó de que su hermano no se olvidara de tomar una pluma de sus alas antes de que estas en la caída -la que sería fuerte por su rango como arcángel - se prendieran fuego para esfumarse apenas toque el suelo pecaminoso de la tierra.
En su vida anterior, Lu Yao solo vivió hasta los treinta y cinco años, no pudo salir debido a la presión familiar y murió solo.
Cuando vuelve a abrir los ojos, se encuentra transportado a tiempos antiguos, no sólo diez años más joven sino también con un marido de hombros anchos, cintura estrecha y abdominales marcados.
¿Podría haber tanta buena fortuna en este mundo?
Justo cuando Lu Yao está muy contento, nota que la mirada de su esposo parece particularmente fría, incluso queriendo divorciarse de él...
Zhao Beichuan perdió a sus padres y asumió la responsabilidad de cuidar a sus dos hermanos pequeños. Para mantenerlos, aceptó un matrimonio concertado por una casamentera. No necesitaba que su esposa fuera bella; todo lo que pedía era que fuera bondadosa y frugal.
El casamentero le pintó un panorama optimista, pero se dio la vuelta y le encontró un "cojín de flores", alguien que tiene buena pinta pero que no puede hacer nada más. En su primer día de matrimonio, esta persona casi se ahorca de la viga de la casa de Zhao Beichuan.
Más tarde, Zhao Beichuan se enteró de que este joven tenía un amante y no quería casarse con él, pero sin saberlo se había convertido en el encargado de separar a una pareja de amantes desafortunados.
Los matrimonios forzados no duran, por lo que Zhao Beichuan decidió dejarlo ir, pero inesperadamente, esta pequeña criatura no se iba, siempre metiendo sus manos en la cama de Zhao Beichuan por la noche, diciendo: "Esposo, déjame sentir tus abdominales..."