Elizabeth o Eli como solían llamarla, era dulce, franca y condenadamente terca acostumbrada a vivir bajo su propia ley, Eli no estaba dispuesta a regirse bajo las normas de la alta sociedad. Por otro, lado Oliver tan apuesto como un ángel y tan libertino como el demonio, no estaba interesado en una chiquilla malcriada que llegaba en los momentos más inoportunos irritándolo cada vez más, decide que es hora de ponerla en su lugar, pero con la cercanía de esa boca atrevida, lengua viperina y esa indiscutible determinación en sus profundos ojos chocolates. Oliver sabe que está perdido. Quien diría que dos almas tan desiguales podían a desatar una intensa pasión que traerá consigo envidia, celos, venganza pero sobre todo una historia en la cual el amor puede entibiar y doblegar hasta el más frio de los corazones. Una historia en el cual el amor da segundas oportunidades.