"Cuando una promesa se transforma en una obsesión que ni la muerte podrá romperla, dejas de ser el dueño de tus actos"
Estar consciente de la lista enorme de decisiones que se puede tomar, aun así, tomar la misma... Una y otra vez. Ligado a una promesa deformada por el paso de los años y los golpes de la vida. No es fácil mantenerse a flote cuando tus ejemplos te dictan dolor, vergüenza, cobardía y opresión. Sencillo es, arrojarse por la borda y justificar cada acto con un recuerdo que marcó tu vida. Después de todo. Es mejor no dejar cabos sueltos.