Recuerdame, esa fue la última palabra que salía por aquella hermosa boca de aquel estraňo. También la última vez que lo iba a ver, pues no me iba a quedar ahí mirándolo con mi cara de boba mientras se iba, se alejaba, sin mi, con su olor en mi ropa y llevándose mi corazón destrozado. Ese al que le dedique los mejores aňos de mi juventud me abandonaba sin mirar atrás. Como el que abandona a un perro en una gasolinera en vacaciones sin remordimientos. Vale. A lo mejor exagero un poco, sigo siendo joven, y solo le dedique dos años de mi vida a ese pobre imbécil del que estuve (y sigo estando, para que negarlo) perdidamente enamorada, pero ahora, ¿quién me devuelve todo ese tiempo malgastado em caricias no verdaderas, en te quieros inventados, en noches de suspiros, deseos y besos insatisfechos? Y quisiera saber, ¿porque quiere que le recuerde? ¿para recordar el daňo que me ha hecho?