"Déjame amarte, Julia. Déjame demostrarte que no todas las personas vamos a lastimarte". Sus bellas palabras acarician mis oídos como una dulce melodía.
Él me enseñó que no todo es sufrimiento y dolor, él me enseñó que debo seguir adelante sin importar lo mal que me encuentre. Él me enseñó a vivir la vida de forma única y con sentido. Él me enseñó a amar.
--------
"¡No puedes hacer nada bien, Julia!" Los gritos de mi madre retumban por toda la casa. Antes de que diga una palabra más salgo corriendo de la casa para subirme a mi moto e irme de una buena vez.
Escucho los pasos de mi hermano mayor acercándose a mí, acelero mi caminar y cuando subo a la moto la enciendo.
"¡Julia, espera!". Muy tarde, ya estoy huyendo de ese infierno llamado hogar y dirigiéndome a la perdición.
-------
"Julia, no puedes irte con él. No puedes amarle de esa manera. Eres muy joven. ¡Te lo prohibo!". Ya no escucho los reclamos de mi padre, pues ya estoy conduciéndome fuera de su oficina para irme con el único hombre que he amado.
Michael.