la nostalgia le supera, le superaba y le superará. Por mucho que quiera, es incapaz de verlos marchar, por muchas corazas que tenga, por muy fuerte que sea, no puede impedir que sus ojos se humedezcan cada vez que recuerda cada sensación, cada momento, cada respiración, que se va lejos, tiene que atravesar un mar para llegar, al fin y al cabo, allá a donde vaya, le espera la normalidad, simple normalidad. Las despedidas no le gustan, ni le gustaban, ni le gustarán. Hay cosas que siempre seguirán igual, los recuerdos por ejemplo, ellos no cambian, y al final, es lo único que quedará...