(Bajo la luz de la luna). Todo parecía más claro, más puro, mas limpio, más real. Por fin yo era real. Por fin soy real. Por fin libre. Por fin. Despierta, por favor. -Cara. «Si no estuvieses aquí, no lo hubieses visto. No lo hubieses sentido. Esa sensación de estar en casa. Por fin. Esa sensación efímera de control sobre tu propia vida. Por Fin Lo Tienes.» -Nash. «¡Cuán dulcemente descansa sobre este césped la claridad de la luna! Sentémonos aquí, y que los sones de la música se deslicen en nuestros oídos. El apacible silencio y la noche se acomodan á los concentos de la dulce armonía. » William Shakespeare, El Mercader de Venecia ; Acto V, Escena Primera.