Recuerdo esa noche muy bien, recuerdo las hojas crujir bajo mis tenis gastados, recuerdo como mi pelo se me pegaba a la cara por el viento, recuerdo cada detalle de esa noche, pero lo único que no recuerdo, es la razón por la que estuve inconsciente un año un día. ¿Qué fue lo que realmente pasó esa noche?
Esa, esa es la pregunta de un millón, la pregunta que me vienen planteando los doctores desde hace dos días que desperté, pero no importa cuantas veces intente recordar, mi mente sigue en blanco, no puedo recordar nada, lo único que recuerdo, es el dolor. El dolor que recorría todo mi cuerpo, tan desgastante, tan desgarrador, como sí mi corazón no cupiera en mi pecho, como sí mis piernas hubieran olvidado su función de cargar mi peso, como si en mis venas en vez de correr sangre corriera insecticida y después de eso, un frío total y absoluto que derribó mi cuerpo directo al asfalto en una carretera borrosa para mis recuerdos, y después?, nada, absolutamente nada.
Una noche en Las Vegas cambia la vida de Nailea, cuando despierta casada con Alex Milani, un carismático piloto de Fórmula 1.
Lo que comienza como una farsa para evitar un escándalo mediático pronto se convierte en un torbellino de emociones, atracción y secretos.
Entre el brillo de los eventos de alto perfil y las sombras del pasado, Nailea y Alex deberán enfrentarse a sus diferencias y a una conexión inesperada que podría unirlos... o romperlos para siempre.