-¿Cómo puede ser posible que en unos segundos, en una única acción, en una decisión y en un sólo objeto esté nuestros destinos ya predeterminados?
Y aún más increíble, en una persona.
Esa persona eres tú, Jack.- decía Elsa, mientras sus ojos azules me miraban, como si fuera la última vez que me fueran a mirar haciéndome sentir querido y amado por ella.
No podía evitar sentir mi corazón palpitar con intensidad, seguro que al mismo ritmo de ella.
No podía evitar enamorarme de ella.
Y nunca podría ser capaz de separarme de ella.
Cuando me miraba, sentía la intensidad de esa mirada, y más aún, sentía como detenía el tiempo, disfrutando en la infinidad de verla.
Novela original, todo lo mencionado en ésta, es obra de mi imaginación y de la contribución de la película de Frozen. Evita el plagio, por favor.