A veces lo que más amas es lo que más te destruye, aunque pareciese que las cosas no deberían ser así, que todo debería ser diferente; aquellas cosas que más contrastan fueron hechas para estar juntas, sin importar que tan diferente pudiesen ser, siempre se complementarán una a la otra. Y así eran Samuel y Guillermo, diferentes por dónde se les viese; sin embargo, el amor que sentían el uno por el otro hacía que el resto fuese insignificante. Hubo conflictos, sí, pero las cosas que realmente valen la pena no son cosa fácil.