Antonio Lombardo , es un exitoso empresario de la construcción que, sin proponérselo, se enamora de Victoria, esposa de su mejor amigo, Samuel. De esa relación nacen dos hijos; Bruno y Raquel pero Antonio no logra conocerlos porque Samuel se lleva a Victoria a Europa antes de que los bebés nazcan.
Años después, Victoria y Antonio se reencuentran, los dos, ahora viudos, y deciden unir sus vidas al lado de Bruno, Raquel y de Alex, el hijo que Antonio tuvo con su primera esposa,. Los niños crecen sin saber la verdad sobre su padre biológico.
Los años pasan, y Antonio, decepcionado por las actitudes rebeldes e irresponsables de Bruno, y la frivolidad de Raquel nombra heredero universal a Alex. Cuando Antonio le comunica a Victoria lo que ha decidido, surge entre ellos una fuerte discusión. Antonio inesperadamente muere y Alex queda a cargo de la familia y de la empresa Lombardo lo que provoca que el odio de Bruno crezca aún más.
Al mismo tiempo que eso sucede, Bruno conoce a una sencilla y hermosa muchacha provinciana María José, y le pide matrimonio haciéndose pasar Alejandro, tramando un plan para deshacerse de él y quedarse con el manejo de las Empresas Lombardo. Bruno atenta contra la vida de su hermano, quien es declarado muerto en un terrible accidente, sin embargo queda mal herido y días después reaparece ante la sorpresa de todos, especialmente de Bruno. Su supuesta viuda, sin proponérselo, se ve envuelta en enredos y chantajes de los cuales no le es fácil salir porque está en juego la libertad, de su padre, y la de su hermana Paula, mientras que su ahora esposo, Alex, se lleva un gran impacto al saber que está casado aún cuando le extraña mucho esta situación pero no le pasa desapercibida la belleza de la muchacha.
Con el tiempo, María José y Alejandro se enamoran, sin embargo la relación se verá empañada por los juegos sucios de sus enemigos, Bruno y Maria Fernanda, eterna enamorada de Alex, los cuales harán hasta lo imposible p
Recordó las palabras del médico "lo encontraron casi muerto" "es un milagro", abrió lentamente sus ónix observando a la nada, él no debería estar vivo, no merecía estarlo, había hecho demasiado daño, era un asesino, un criminal, apretó su puño con frustración recordando aquella vez en su infancia cuando se lanzó al precipicio "nadie en verdad desea morir" no, él en verdad deseaba morir, tragó pesado sintiendo lágrimas caer de sus ojos y rodar por su mejilla, él debía morir ¿Por qué la vida se aferraba a mantenerlo en existencia?
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*Naruto y sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto*
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