- Estoy harto, Emma. ¡Tú, me estas jodiendo! ¡Me haz lanzado algún puto hechizo! - Alzó la voz de manera brusca.
Y bueno, ¿a este estúpido que le pasa?
- ¿¡Qué tantas drogas te metes!?, no sé de que hablas, imbécil. No puedes venir mi casa solo a culparme de estupideces. - Estaba furiosa. Por dios, que se creía.
- Estoy hablando de que... ¡TÚ!, ¡MALDITA BRUJA HERMOSA, TU CUERPO, TU VOZ, EL SIMPLEMENTE QUE ERES TÚ, TODA TÚ!... eres... como una adicción. ¡UNA JODIDA OBSESIÓN!, ¡MI! ¡OBSESIÓN!- Gritó desesperado.
Esa declaración, me dejó sin habla.
-Mierda...