A veces, en los pocos ratos de conciencia y sobriedad que aquel hombre solía tener, se preguntaba como su vida había cambiado tanto en tan poco tiempo. Sin embargo nunca encontraba respuestas y terminaba hundiendose aún más en su propia miseria, hasta que llegó él. Justo cuando más lo necesitaba, ahí estaba él ofreciéndole su sincera ayuda. Tan rápido como había caído, él había llegado para levantarlo y no lograba entender como.