ALLEN

El era boxeador, por eso decía verdades como puños y yo me caía de bruces al suelo por cada golpe.

-¿No lo entiendes verdad preciosa? -Le miré desconcertada.- Chicos como yo nunca, nunca se enamoran, y yo no seré la excepción. -Dicho esto se fue y me dejó con lágrimas en los ojos.

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-Por favor, no me dejes, no me dejes otra vez. -Le miré suplicante.- Yo no puedo más sin ti.

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-¿Es que no lo entiendes hermano? Ella es la única que hace que me olvide de todo mi estúpido pasado, la única que hace que mis demonios dejen de atormentarme, la única que consigue que duerma sin tener pesadillas pero ahora no está, se ha ido, encontrará a alguien mejor que yo y se olvidará de mi; pero lo peor de todo es que después de todo esto yo no la podré olvidar y no encontrare a nadie como ella.

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-Estoy jodidamente enamorada de ti y tu lo único que haces es dejarme porque crees que merezco algo mejor, pero es mentira, ¡yo solo te merezco a ti! Joder entiéndelo ya de una uta vez Allen -grité desesperada.