—No podemos hacer esto —, se limpió las lágrimas con firmeza —Estas borracho y mañana te arrepentirás, es mejor que me vaya a casa —se acomodó la playera, se giró y cuando había abierto la puerta de la habitación, Minho la había cerrado de nuevo, colocándose detrás de él, muy cerca. —De lo único que me arrepentiré, es si te dejo ir — y diciendo aquello lo giro para volver a besarle.