Nota número uno.
Cuando decimos el nombre propio del amor, nos referimos a un sustantivo propio referido a un sustantivo común abstracto.
El amor es toda aquella persona, situación o ser al que le demos el valor simbólico de serlo.
Por lo tanto, amor puede ser todo aquello que nos lo transmita o nos lo haga sentir y no intrínsicamente relacionado con nuestra pareja sentimental.
Amor puede referirse a una mujer a un hombre.
O a un padre a un hijo.
O un hombre a otro.
O una mujer a otra.
O una persona por una mascota.
Todo aquello que sentimos por algo y que implica una sensación casi indefinible, sin implicar reciprocidad.
Todo esto que describo, resulta tan evidente que pocas veces nos paramos a reflexionarlo, sin darnos cuenta de que no podemos comprenderlo sin primero definirlo, pensarlo, llenarnos de ello, catarlo, valorarlo, sopesarlo, verlo desde todas las perspectivas... y finalmente, entenderlo.
Por lo tanto, en este libro pretendo definir todas las clases de amor que vivo y viví.
En este libro voy a definir los nombres propios de mis amores.
Y os dejo con una pregunta que me da vueltas...
¿Nosotros definimos el amor...
o es él el que nos define a nosotros?