Caminar por las calles empapadas de la lluvia anual que invade este tétrico estado urbano, mi cabello se esponja como es de costumbre, no me queda más que mirar al suelo y ver como estas mismas gotas que también recorrían mi cabello, pasen por mi frente, cejas y pestañas hasta que al fin caigan al suelo, su único destino. Tú, que me miras con esa curiosidad extraña del mundo ¿Qué piensas cuando ves mis ojos? ¿Qué sentimiento se te avecina al sentir mi energía contra la tuya? -Exasperas mi ambiente, en mis cercanías solamente- -Bien.- Recité. Todavía no tenía en claro donde estaba, salir a caminar por las calles suma una gran monotonía, así como una gran cantidad de curiosidad si le pones atención ¿Dónde estaba yo, cuando de verdad esa curiosidad necesitaba de mí? -Espera, algo no está bien- Volví a recitarme a mi misma, alzando mis manos hasta donde mi mirada como cualquier otra contemplaría las mismas, luego a mi alrededor. Me dí cuenta que llevaba una pequeña chupeta, que no llovía, que estaba cerca de unas escaleras y no hay gente cerca. -Sí, sea lo que sea, por favor no te vayas de mis cercanías... O peor aún, de mi conciencia... Estaría más sola que de costumbre.- En esta paranoica historia te adentrarás hasta el más profundo pensamiento de la efímera cabeza de nuestra protagonista, Kathleen Preek en un intento más de conseguir una vista clara en el don que son sus ojos, sobre el por qué nuestro intelecto es capaz de superar una cordura mítica la cual es de nuestra mismísima conciencia. -Ilustración por KR0NPR1NZ en DeviantArt. -Ilustration by KR0NPR1NZ on DeviantArt.
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