Acabo de llegar a Toronto, Canadá unos meses por estudios. La gente de mi casa de acogida parece divertida y amigable y no conozco a nadie ni nada en el vecindario. Nada me parece familiar salvo el Target al fondo de la calle y la casa de enfrente, la cual es de una señora que habla español y de la cual me haré gran amiga tanto de ella, como de su querido nieto.