La frase más común que puedo encontrar para comenzar es un "No eres tu, soy yo". Pues es lo más cercano a un inicio digno de esta historia.
¿Alguna vez se han puesto a pensar que hay detrás de unos ojos, detrás de una sonrisa? Yo si. Y es que la mente de las personas es muy compleja, lamentable o afortunadamente la mia lo es más. Con tan solo trece años de edad se me diagnosticó trastorno antisocial de personalidad. Y, ahora, por sí no tienen idea de lo que esto significa, se los resumiré. Significa que tan solo soy una persona encantadora y amable, y a la vez, soy lo que probablemente sea tu peor pesadilla.
Existen muchas cosas que desearía no ser, pero que a la vez me encantaría presumir, y, aunque ya he empezado a contarles mi historia, sigo pensando en una manera de comenzar.
Supongo que todo empezó un agosto del año 2012, si mal no recuerdo. Había entrado a una nueva escuela, lo que no era realmente nuevo, puesto que en los últimos 6 meses había estado en 7 secundarias diferentes, y no porque mis padres lo quisieran o por cambios de ciudad. Siempre me costó trabajo relacionarme con las personas, más aún, me costaba trabajo entender porque se me dificultaban las relaciones sociales... O peor aún, no comprendía porque las personas en general me resultaban repugnantes y odiosas. Tras haber intentado en varias escuelas y haber perdido un año de estudios, decidí que dejaría de buscar respuestas a mis preguntas y dedicarme a lo que verdaderamente importaba. Una escuela nueva... Suena a aventura nueva, para mi sonaba a lidiar con más humanos. En esta escuela existían tres personas en particular, tal vez cuatro, pero eso sería más adelante.
Paloma, Abigail y Daniela. Tres chicas que me hicieron querer, me hicieron creer y desear tener amigas, tres chicas que tendieron su mano hacia mi, la chica "tímida" y me ofrecieron su amistad. En esos momentos creí que lo mio solo había sido una mala racha, y que esta vez iba a ser diferente, iba