Desde mi adolescencia, cuando tengo un sentimiento o una idea dando vueltas en mi ser, tomo un papel y un lápiz, y vuelco todo. Después doblo el papel y lo guardo en una cajita blanca. Tengo decenas de monólogos. De amor, odio, despecho, confusión, tristeza, ira, esperanza, felicidad y más. Si leen esto, están leyéndome a mí.All Rights Reserved