26 de părți În curs de desfăşurare Max Verstappen tenía 25 años cuando el mundo le cambió por completo. De pronto, los podios, los trofeos y las entrevistas quedaron en segundo plano cuando sostuvo a su hijo por primera vez: un bebé de ojos grandes y curiosos, tan azules como los suyos. Lo llamó Luca. No por alguien en particular, sino porque ese nombre sonaba como un suspiro, como algo que podía proteger.
La madre del niño desapareció meses después del nacimiento, dejándolo con una pequeña maleta de ropa y una carta confusa. Desde entonces, Max se convirtió en algo más que una promesa en la pista: se convirtió en padre.
Criar a Luca mientras corría por el mundo era una locura. Los pañales en el paddock, las siestas en el hospitality de Red Bull, los biberones entre reuniones con la prensa. Nadie lo entendía del todo y Nadie... excepto Checo Pérez.