A veces el temor a que te rompan en mil pedazos (de nuevo) y el miedo a querer, a volver a perder el sueño, el tiempo y los besos por una persona son sinónimos, y eso es algo de lo que Lucas y Belue saben demasiado bien, aunque no les importe aprenderlo de nuevo, como amnésicos enamorados que tropiezan una y otra vez con la misma piedra sin aprender nada de ella.