EUPHORIA

No es solo una historia que relata sentimientos y emociones, es mi vida, mi pasado y mi futuro.

Vivir amando, amar sufriendo, sufrir callando y siempre sonriendo: Son las palabras que describen este corto pero realista capítulo de mi vida que aún no ha terminado.

La clave es, no somos, no fuimos, ni seremos. Porque para ser hay que estar, y no quisimos ni ser, ni estar, ni querer.
Soy de los que desea despertar cada mañana con alguien que valga la pena, sonreírnos y juntos hacer el desayuno. Soy de los que verdaderamente cree que aún hay alguien merecedor de todo mi cariño y con quien es posible disfrutar el resto de mi vida.
No éramos nada y a la vez éramos todo. Venia cuando me alejaba, se iba cuando me acercaba. Nos queríamos a ratos, nos odiábamos otros tantos. Me cuidaba de los demás pues solo él podía lastimarme. Se reía conmigo, y a veces de mí. Pero no ha vuelto. Es mi mal necesario.
A pesar de que fingía quererme se llenó de egoísmo conmigo. Siempre quería que yo estuviera para él, solamente para él y él pocas veces estuvo para mí.
Decidía una y otra vez alejarme de él, pero sus actos y sus emociones me hacían regresar, me pregunto ¿Cuántas veces dije irme de su vida? Quizás sin exagerar 20 o 30 veces, al final terminaba volviendo.
Supe que para irme definitivamente y terminar con su egoísmo y el daño que me estaba haciendo, debía irme sin mencionar ninguna palabra… lo recuerdo cada estúpida noche, me da un resentimiento sin querer, pero quiero decirle que mi vida perteneció a él en su tiempo, no supo apreciarla, al contrario la lastimaba y la despreciaba y yo… Yo supe al final quererme.