Tras estas historias cortas hay una persona real. Una persona real con sentimientos. Como tú y como yo (y como la vecina del cuarto que siempre deja caer y rodar una canica a las tres de la mañana) Esa persona real es una escritora. Puede que famosa o puede que escriba para sí misma. Todo sale de un mismo ser. Y puede que su último relato sea una carta de amor. O puede que sea una carta de suicidio. Lo que sí está claro es que, quieras que no, todo tiene siempre un final. Feliz. O trágico.