Es bien sabido que por naturaleza somos mentirosos, algunas personas más que otras pero es algo natural. Todos alguna vez hemos mentido, bien sea por proteger a un ser querido o por propio beneficio.
En fin, mi punto es que todos, sin excepción alguna, le hemos mentido a alguien.
A mí me han obligado a mentirles a mis mejores amigos y al resto del mundo, pero, ha sido necesario hacerlo...
Mi padre es el dueño y heredero del mayor imperio de la Mafia; muchos lo envidian, otros lo odian, pero, la mayoría lo quiere muerto y fuera del «negocio».
Los primeros de la lista son los Carraways.
Este imperio existe desde hace siglos. El gran Don Ofelio Gatz -mi tatarabuelo-, es el creador de este imperio que pasaría a ser heredado por su primer hijo varón cuando este cumpliera la mayoría de edad, y así sucesivamente. Ahora pertenece a mi padre, y debería pasar a su primer hijo varón.
He allí un pequeño detalle, mi padre nunca tuvo un hijo varón, solo me tuvo a mí.
Ahora la herencia de la familia pasara, por primera vez en la historia a manos de una mujer. Aun me faltan cuatro años apara asumir la mal nombrada herencia, que yo considero como una herencia maldita, o como si fuera a venderle mi alma al diablo.
Pero, no puedo desistir de asumir lo que mis antepasados han logrado obtener durante años. Deberé asumir el poder al cumplir mis 21 años.
Mi nombre es Mónica Gatz, pero, el mundo me conoce como Emma Stuart, mi vida ha sido relativamente normal, pero, dejara de serlo en el momento que un Carraways se mezcle más de lo debido en mi vida.
Y es cuando tendré que elegir entre ser Emma Stuart la chica común, o ser Mónica Gatz, la heredera de la Mafia.