-Patricia ¿Estás bien? No era para tanto- le dijo Pablo, agarrándole de la muñeca, deslizó sus dedos en la palma de ella, Patricia sintió un ligero cosquilleo, miró su muñeca, luego lo miró, por fin lo hizo, a pesar de haberlo evitado desde que lo besó. -¡Suéltame!- ordenó, logrando liberar su mano, tiró su cigarro y fue al baño de invitados, Pablo le siguió e impidió que cerrara la puerta. -Déjame en paz, quiero estar sola- dijo aun con lágrimas en los ojos, y con cara de súplica. -No puedo dejarte sola, no quiero hacerlo- logró convencer a Patricia y cerró la puerta del baño. Ella lloraba. -Disculpa por entrar así, no soporto que lloren por mí- dijo Pablo, con la mirada desviada. <<En realidad no soporto que tú llores, sea o no sea por mí>> -No te sientas aludido, no lloro por ti. Ella no es la típica nerd, ni él, el típico rebelde, tampoco son el típico "polos opuestos", tienen algo en común, el amodio y muchos sentimientos encontrados más que se tienen.