Solía ser un juego de esos que empezaban en besos y terminaban con su cabeza sobre mi pecho. Por ese entonces solía citar a Gabriel García Márquez, "Nada es inmoral si contribuye a perpetuar el amor"... Y sobretodo porque eso era para mí, amor. Tenía sentido, sabor y hasta pasión, pero cerca de todo ello reside lo que todo enamorado teme, el olvido. Do me a favour, esa canción de Arctic Monkeys que tanto me gustaba, se volvió mi realidad, sin nieve, sin frío... pero con todo el escalofrío y el tremor que me provocaba oír su despedida, su llanto de fantasía y su repetitivo "estarás mejor sin mí"...