Lo profundo de sus ojos era lo que más la intimidaba, tan siniestros y retorcidos, dignos de el peor psicópata. Sus labios curvados en aquella sonrisa amenazante, le mostraban que asustarla le divertía. -Ni se te ocurra querer escapar preciosa. -repusó acariciando su mejilla, su contacto era frío y rasposo por los anillos que decoraban sus dedos-. De aquí no hay salida. -concluyó con voz ronca y la besó-. El empalme fue efímero, completamente repulsivo. Pero dentro de ella sabía que Niels tenía razón, no tenía escapatoria, estaba pérdida.All Rights Reserved
1 parte