Hace mucho tiempo, en un lugar muy, muy lejano, vivía un príncipe caprichoso.
El príncipe gastaba mucho dinero, y jugaba durante todo el día.
Uno por uno, mataba a la gente que estaba en contra de él.
Porque él era tan malo, la gente comenzó a llamarlo ''el hijo del mal''.
Debido a la falta de dinero y comida, la vida de la gente estaba llena de depresión.
En ese momento, una guerrera de armadura carmesí, le declaro la guerra a ''el hijo del mal''.
Después de un brutal combate, la guerrera carmesí finalmente venció a "el hijo del mal".
Así, el hijo del mal, fue condenado a morir en frente de todas las personas.
La gente era muy feliz con esto.
Pero el que se río más fuerte de todos ellos, fue ''el hijo del mal'', de pie, frente a la plataforma de ejecución, el chico se fue diciendo:
''Oh, es la hora de la merienda''.
Cuando las campanas de la iglesia sonaron por tercera vez, la cabeza del hijo del mal fue cortada.