"Unos ojos grises me observaban atentamente, como si analizara cuál sería mi siguiente movimiento, parecían vacíos y sin vida. Esa chica tenía algo, todo ella se me hacía familiar, sentía como si la conociera de toda la vida, más nunca la había visto. Me miró por última vez, entre esas telas oscuras pude descubrir su leve ceño fruncido, noté su ojo derecho, este comenzaba a tornarse de un color azul claro, parpadeó y regresó a su gris lúgubre. Parecía conocerme, más eso no bastó porque lo siguiente que sentí fue su flecha atravesar mi hombro.
La vi avanzar entre la niebla, perdiéndose en la oscuridad de la noche. Segura de sí misma, sin trastabillar, como si dispararle una flecha a cualquier persona y dejarla en medio de la nada fuera algo completamente normal."
"El ducto se encontraba alborotado, se asimilaba a un gran huracán, como si quisiera destruir todo a su alrededor; ya no se veía ese hermoso color azul cielo que lo caracterizaba; el centro del mismo comenzó a teñirse de rojo, todos mirábamos anonadados, sin saber qué hacer. ¿Será una advertencia? ¿Algo amenaza la vida humana?
Todos me miraban, pacientes, esperando la orden. Miré por encima de mi hombro usando mi vista nocturna, algo nos seguía.
-Váyanse, ahora- todos me miraron incrédulos-. Tengo que cerrar el portal, es mi deber- dije, sabiendo muy bien las consecuencias de eso y que tal vez solo así se irían-. Llegarán bien, lo prometo.
Uno a uno empiezan a entrar, todos me miran al pasar cerca mío, confiando en mí.
Ella se detiene y niega repetidas veces con la cabeza. La encierro en mis brazos, abrazándola.
-Adiós- es lo último que digo antes de aventarla dentro del portal."
><Obra creada por mí, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia><
><Prohibida cualquier adaptación de esta obra sin mi consentimiento.><
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