Y es ese momento en el que comprendes que ya no le importas a nadie. Que cambiar seria lo mejor y que seguramente si no existiese todo sería más fácil o seguiría todo igual. Pase rápidamente la cuchilla por mi muñeca creando un dolor placentero que aliviaba mis malestares. Sonreí dándome cuenta de que no dolía. De que no era dolor lo que sentía. Y volví a repetir como siempre que no lo volvería a hacer y aunque no me lo creyese ni yo supe que lo volvería a hacer, incluso dentro cien de años. Y fue ahí cuando la falta de sangre que recorría mi cuerpo hiciese que cayese al suelo haciendo mucho ruido y alarmando así a todas las personas que había en casa. Y cambió mi vida incluso sin que nadie pensase que me podría hacer más daño.All Rights Reserved
1 part