Hubiera

A veces entiendo que hubiera sido mejor ignorar la existencia. Me confesaron que tal cosa no existe, ahora del remoto ayer nada se logra borrar y como si fuera insuficiente se juzga a tolerar que simplemente se alcanza a tener un vago espejismo, pensar hasta el punto de perder noción del tiempo realmente sin echar de ver si va o no a funcionar, es absurdo. Nada queda ya, al convertirse en la existencia de mayor necesidad, pero se encuentra lejos, y no se consigue apreciar por ningún territorio dentro de la razón, el querer recorrer magnánimas distancias para olvidar, ya resulta ser escaso en unión con la voluntad de querer hallar lo que no logra consumarse pues no se sabe qué tropiezos se enfrentarían tras la búsqueda incansable que siempre ha figurado emprender al encuentro. Aceptar que la distancia es infinita es como perder la cordura que impaciente se encuentra, porque olvidar ya no es solución, obliga a encerrar impulsos superiores a los que se poseen.
Claro está el escenario pero no se determina el cambio y ya ni resulta tentativo; perseguir ya no es suficiente para hallar porque no se aprende cómo es que se conquista, se creé saber la declaración pero se aferra a la noción de que es indiscutible, se embauca y cae en el cabal desliz. Entonces ¿cómo se puede volver lo que abriga?, ¿cómo es que cada perpetua oscuridad al pretender dejar de divagar, no puede, simplemente hasta que los sueños sucumben? y aún en entre ellos permanece presente, ¿cómo es que se logra? porque existentemente pareciera sencillo y no puede aceptar la vana idea de que mientras se me sobrepasa el pensar día y noche, sea esa existencia la que tenga el don de olvidar tan fácil.