poseo un cuerpo flacucho y frágil, tan frágil como las pequeñas y delicadas ramitas de árbol, tan delicado con la suave brisa de primavera. aquí en dhurma, se piensa deficientemente sobre la belleza oprimida de muchas mujeres. Somos reprimidas en todo ámbito, por la anhelada escuela, la escabrosa casa, el desconocido y temible marido, y por supuesto, por pensamientos de mentes enjauladas, que cruzaron fronteras. me demoraría infinitas eternidades en relatar la miserable historia de muchas integrantes del sexo femenino de acá, no obstante, contaré mi historia. Podrán saborear la ironía y la rabia reprimida en cada letra sufrida que mi gastado lápiz danzará al compás en que mi dolorida mano se mueve y balancea. Los invito cordialmente a leer mi aventura.