Nacida una década después de la aparición de los primeros zombis, en un mundo donde la civilización apenas sobrevive en enclaves dispersos, Temple ha pasado sus escasos quince años de vida entre esas criaturas; sabe cómo evitarlas y, en caso de que acaben cruzándose en su camino, sabe también como matarlas. Pero también es consciente de que algunos humanos pueden resultar mucho más temibles que los muertos vivientes. Atormentada por su pasado y perseguida por un asesino, Temple está rodeada por la muerte y el peligro, con la esperanza de ser liberada. Con esta hermosa y perturbadora novela, Alden Bell nos sumerge en un mundo donde la pesadilla y la belleza son las dos caras de una misma moneda. A través de los ojos de su inolvidable heroína seremos testigos de los pequeños milagros del apocalipsis y descubriremos que, en definitiva no hay peor infierno que el que uno mismo lleva a cuestas.