-Su mirada en la mía-

Mi igual…
Te mire sin haberlo planeado, sin haberlo calculado. Eres mi diferencia y eso me hace amarte
“míralo” gritaba mi mente, “ve haya y llama su atención”.

Cuando sin querer volteaste, él te miraba, sonrió y eso te derritió, tú sonreíste y eso para él fue todo. Dos personas calculadoras y Frías se habían encontrado y sin ninguna palabra derretido con una sola mirada. Una refrescante sorpresa para su rutinaria vida. Cuando su mano tomo la de ella, ella sintió una seguridad que nunca había sentido, pudo sentir lo que su mirada expresaba, calidez… algo que lo hacia distinto a los demás, algo que ella no había sentido, Algo que el sin ninguna palabra le hacia sentir. Algo inmediato y nuevo. Todo estaba siendo diferente esta vez.
Eventualmente él le hablo, y el semblante de ella cambio a sorpresa, asombro y nerviosismo, intercambiaron palabras escritas, y él ya había cambiado los planes de ella, y ella se estaba dejando llevar por los planes de él, siendo la primera y única vez. Hablaban día y noche, tenían una confianza que no era normal para los dos, pero increíblemente pasaba.
Se fueron conociendo; los dos eran el reflejo de si mismos, eran un espejo, su alma se desnudaba en sus conversaciones. El derrumbo el frio muro que ella construyó, Derrumbo sus paredes, derrumbo y destruyo su hielo que la cubría, la esfera de cristal que la alejaba del mundo exterior, algo que ella ya no controlaba.
Los dos solo se dejaban conocer lo que ellos querían que los demás conocieran, eso cambio; los dos se estaban dejando conocer el uno al otro, sin disfraz, sin mascara, sin palabras vacías. Todo era real, todo era puro.

-Continua-