Prologo.
-Se acabó, ha sido suficiente.
-Madre, solo ha sido una pequeña broma. –Dije sin poder guardarme una reluciente sonrisa para más tarde.
-Pues me harte. Me harte de tus bromas.
-No es para tanto, detente.
-Calla. –Se acercó a mí y no puedo negar que por primera vez en mucho tiempo, mi madre me estaba intimidando. –No vuelves a juntarte con Luca. Nunca.
Luca era mi amigo, mi compañero de crimen, mi estúpido vecino, quien se quejaba cada noche por el alto sonido de mis parlantes y nada más. Pero debo admitir que las palabras de mi madre atravesaron mi pecho ‘’No vuelves a juntarte con Luca’’ Me lo estaba ordenando. Y de cierto modo me permito decir que a diferencia de otras veces, hablaba enserio. Muy enserio.
Después de todo, solo había sido una broma, una de tantas que ya le había hecho en compañía de Luca. No lo entiendo, según ella fue la gota que rebalsó un vaso, no tengo idea a que se refería pero por ahora no tengo problema con su extraño vocabulario.
Volviendo a mi broma, a mí, según ella ‘’Pesada y muy de mal gusto broma’’ Le hicimos creer que mi hermana estaba embarazada y que había escapado con su novio Stan, para tener doce años debo decir que no fue nada difícil hacer que mi hermana olvidara su celular en casa y conseguir una prueba positiva de embarazo, mi mamá se lo trago todo y empezó con un drama que se volvió insoportable al punto que después de varias carcajadas a escondidas, tuvimos que decir la verdad,
lo que enfureció a mi mamá el doble.
-Mierda. –Gruñí mientras mi madre azotaba la puerta para salir a dejar a Luca hasta su casa, según lo que sé, nuestras madres hablaron y ambas llegaron al acuerdo de separar a uno, del otro. Por favor, teníamos doce años.
La verdad estoy consciente que Luca era más fácil de domar que yo, hasta cierto punto, era yo quien lo influenciaba, pero el obedecía. De igual forma a los doce años, todo nos parecía divertido.
Kiara Sánchez es una joven lectora que vive entre libros huyendo de la realidad. Un día encuentra un vídeo extraño de cómo traer a la realidad un personaje literario, ella decide hacerlo pensando que es una tontería y no funcionará, sin embargo, a los segundos el personaje literario se encuentra en su habitación.