Tu sonrisa mórbida y grande, llena de sangre seca y carne suelta. «-Ahora siempre estaré sonriendo.» Dijiste. Tus ojos y ojeras, grandes, adornando tu rostro. Tu rostro pálido como el papel. Pero él... antes no eras así. Antes de que tu mente fuera corrompida... sonreías, me sonreías. Jeff, por favor, vuelve a ser el de antes. Suelta el cuchillo, y junto con él deja ir tu locura, tu deseo y placer de matar. Mira esa sangre, y deja de sentirte bien cuando la ves correr. Sé que te apasiona esa sensación que recorre tu cuerpo cada vez que cortas el cuello de alguien. Conozco ese placer que te invade cuando cortas el cuerpo de otra persona. Pero Jeff, te pido... por favor...