Cy era un muchacho de esos que cubren grandes problemas con sonrisas.
Digamos que es muy bueno fingiéndolas.
Él era un núcleo para sus compañeros de clase, era el mejor estudiante, el capitán del equipo, el tipo con el cual todos podían contar, el que te ayudaba con tus problemas, el que te escuchaba y te aconsejaba...
¿Pero y a él? ¿Quién lo ayudaba a él?
Tenía un amigo de la infancia, todo ese tiempo su amigo estuvo a cargo de los problemas de Cy, escuchándolo, y viendo como se derrumbaba tratando de mantener de pie a los demás.
Pero su amistad se tornó turbia el día en el que este amigo le rogó que se detenga, que deje de fingir sonrisas, porque ya no sabía si cuando estaba con él sonreía de verdad.
Y desde ese día dejaron de hablarse.
Y desde ese día sólo fueron conocidos.
Y se dedicaron a sufrir en silencio, con una sonrisa en sus rostros.
Esta es un historia corta.
Publicación: 25/12/2015
Si mostrar los sentimientos es de fracasados llamame perdedor. Si quererle es pecado llamame pecador. Si amarle es delito llamame culpable.
No quiero demostrarle como me hace falta, no quiero que sienta que tiene herramientas para destruirme, pero para que mentirme, ya puedes destruirme cuando quieras, Asher Parker.