Tras un trágico accidente automovilístico, que cobró la vida del jóven Scott, Dylan queda destrozada, y se culpa fríamente por la muerte de su novio. Sus padres deciden que necesita una vida nueva, lejos de los momentos junto a Scott, así que deciden enviarla a estudiar a Canadá. En dónde tendrá que aprender a volver a amar, y a vivir.