Te juro que no te hare nada malo. Con esa sonrisa no podía resistirse, ambos se habían enamorado, no habían dejado de pensar el uno en el otro. Se amaban… aunque todos dijeran que eso es… enfermo… asqueroso. Ella acepto y se desabotono la blusa, él no perdió de vista cada botón que se desprendía… tranquilízate… le decía una voz en su cabeza. Se quitó la camisa, después bajo su falda, allí estaba frente a él… solo con su ropa interior, un precioso corpiño rosa y unas pantis de ositos… hermosa… magnifica, mejor que en todas sus fantasías húmedas. allí estaba ella y era...SUYA