Ya habían pasado demasiados años para que su parte oscura pudiera ver la luz. Había pasado por tanto dolor que ya no sabía lo que era amar a alguien y mucho menos que alguien le amara a él. Era la típica persona que se dedicaba a vivir porque le tocaba hacerlo, la muerte ya no le sorprendía y le bastaba y le sobraba con despertarse cada día. Ella era muy distinta a él, era una persona increíble y que amaba la vida en todas sus formas, tenía amigos, familia y mucho mundo aún por conocer. Una chica sin problemas, o eso podía parecer. Pero ambas vidas se cruzarán por ambición del destino convirtiendo sus vidas en un torbellino de emociones que llegarán a demostrarles como dos polos opuestos pueden atraerse o repelerse para siempre.