Prologo
Todo era blanco, el típico olor a hospital impregnaba el aire de su alrededor, el crujir de puertas abriéndose hacían eco en el silencioso pasillo de pisos blancos, paredes blancas y luces blancas, él joven destacaba ya que iba vestido todo de negro, desde hacía meses que iba todos los jueves al hospital para tener una charla sin sentido con la psicóloga que sus padres le obligaban ver, desde la primera sesión solo quiso correr, salir y no volver pero eso era imposible; debía ir porque tenía que “curarse”. Estaba cansado, cansado de muchas cosas pero sobre todo de sentirse vacío, le explico eso a la Psicóloga que decidió que debía ir al menos por dos meses todos los jueves…
- Entonces, Renly dime cuál es tu problema – La voz de Marta, su psicóloga lo saco de su sueño
- Estoy vacío – El chico de ojos marrones miro a la mujer entrecana enfrente de si con el rostro libre de expresión – Vacío es un adjetivo, Recipiente o espacio que no contiene nada. Ese es el significado de la palabra “Vacío” según el diccionario, pero ahora, llevándolo a la vida real, todos nos sentimos vacíos en algún momento de nuestra vida y puedo decir que es más difícil de lo que parece “llenar” ese vacío, pues se necesita una persona, una actividad.. o nosotros mismos –Sin despegar sus ojos de los de la mujer hablo con voz monótona y en un tono bajo, haciendo que los ojos de la mujer tomaran un brillo de curiosidad real con cada palabra que salía de los labios carnosos del chico - Se puede decir que algunos comienzan a sentir el vacío cuando llegan a la adolescencia y se ven rodeados de cambios, no solo los físicos. También otro detonante son los cambios en la sociedad, que somos muy gordos, que somos muy flacos, que somos muy esto o aquello… Nunca es suficiente, para nadie… Pero no importa cuán duro nos pegue la realidad, siempre intentamos en encajar sin mirar el precio de esto, pero cuando lo notamos… Ya es tarde