Amelia: El infierno de las bestias

El muchacho cayó de rodillas al suelo dispuesto a ser devorado, miró por última vez a su amada, aquella que habría entregado su vida por él si no estuviese impedida de hacerlo.
El primer monje liberó a la jauría de lobos, y éstos descargaron toda su furia sobre el chico.

-Estaba destinado a ser...- dijo por fin el anciano, con la voz temblorosa. La joven pelirroja con el rostro bañado en lágrimas contestó- Podía impedirlo... Podía haber sido diferente...

Esperó la respuesta del hombre pero notó que éste había desaparecido, se había ido... junto a los lobos, a los monjes, al chico. Todo se había convertido en polvo, un montículo de cenizas ocupaba el lugar del muchacho.
Ahora estaba sola, perdida en la inmensidad de aquel bosque... Bosque que no volvería a pisar jamás."

-Fin- terminó por decir el abuelo de la pequeña niña que se encontraba frente a él- No llores mi pequeña, tan solo es una historia- volvió a hablar el anciano mientras abrazaba a la niña para luego dejarla sola en la habitación.

La curiosidad de la pequeña la llevó al viejo y deteriorado libro de su abuelo, su corazón latía muy fuerte, tenía esperanzas de encontrar un final más bonito que aquel, pero éstas no tardaron en desaparecer...

Hoja tras hoja sin encontrar absolutamente nada... pares y pares de hojas en blanco, ninguna palabra trazada sobre aquel desgastado libro...excepto la última pagina, la cual dibujaba sobre ella a un muchacho sobre sus rodillas, con una única frase debajo de él.
"...Volveré por ti..."