Él era callado y aislado de todos los demás,no le gustaba convivir mucho con la gente. Prefería confiar en el mismo antes que en un "mejor amigo". Casi nadie le hablaba,pues él se miraba raro entre las demás personas,ya que no hablaba mucho con nadie y estaba siempre solo. Era una persona demasiado paciente y que se guardaba sus cosas para él,no creía en tener pareja,porque siempre que veía una muy feliz,luego veía que se habían separado,y habían tirado todo ese tiempo juntos y de amarse por la borda. Y él creía que todos eran tan estúpidos y que nadie lo entendería porque tienen un pensamiento totalmente diferente a él,de hecho no tenía ni a una sola persona que estuviera con él cuando él necesitase de alguien,simplemente no tenía a nadie. Podía estar rodeado por mucha gente,por demasiada gente,pero él sin embargo se sentía solo. Lo que él no sabía,es que estaba tan cerrado a las demás personas,no se abría a nadie,y gracias a eso,no notaba que sí había alguien interesado en él. Era una chica con sus mismas cualidades,claro,ella era un poco más sociable,y tenía algunos amigos con quién compartir. Él la había visto alguna vez,pero no le prestaba atención,pues ella se ponía muy nerviosa al verlo y prefería seguir como si nada con sus amigos,así que él no le dio una importancia alguna al verla. Ella era una chica con cabello castaño,ojos color miel,y era una persona con la que se podía estar tranquilamente,no era la gran cosa,pero era perfecta en los ojos de muchos. Él,era un chico también un poco común,con sus ojos café,su cabello castaño. Pero cada uno tenía algo que los hacía increíbles. Con el tiempo,aquella chica llamada Samantha,se atrevió a hablarle,a aquel chico llamado Drake. Drake al principio no permitía durar mucho tiempo sentado hablando con ella,prefería levantarse e irse a leer o a hacer algo más en vez de estar allí sentado con Samantha.All Rights Reserved
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